20 ago 2010

Acuarelas fabriles
PUJANZA CHAQUEÑAContinúa hasta el 9 de septimbre la muestra de acuarelas "Pujanza chaqueña" en el Museo del Hombre Chaqueño, sito en Juan B Justo 280 de nuestra ciudad.
Son trabajos de Javier Acuña quien presenta pequeños formatos inspirados en la faceta industrial de nuestra provincia, son retratos de distintos edificios de actuales y viejas fábricas chaqueñas desde una óptica testimonial y como símbolos patrimoniales olvidados.
Son pinturas sobre La Fabril Financiera, Ingenio Las Palmas, Taninera de Fontana, diferentes establecimientos fabriles de Vilelas, así como también edificios del interior del Chaco como en General Pinedo, Makallé, La Verde, La Escondida o Samuhú.



El artista


Javier Acuña es maestro en Artes Visuales y profesor de Nivel Primario, egresado en la ciudad ciudad de Las Palmas, donde realizó sus primeros estudios.

Realizó numerosas muestras individuales y colectivas en distintos salones de la zona, y a su vez, efectuó murales en localidades chaqueñas con la técnica de esgrafiado y pintura.

Gran parte de su vida transcurrió en Las Palmas. Convivió con la realidad del Ingenio Azucarero, donde fue operario su padre. Esa infancia y juventud lo marcó artísticamente, ya que fue testigo de la pujanza que vivió la ciudad hasta el cierre de la fábrica, y el caos social y económico que implicó.

Sus obras en "Pujanza Chaqueña", reflejan una faceta de la realidad “industrial” del Chaco, testimonian la soledad en las que se encuentran. Son paisajes desolados en los que no se adivinan la presencia humana y apenas quedan ecos de viejas máquinas trabajando. Se asemejan a nidos vacíos, zurcados de estructuras que se fugan de los límites de la pintura: caños, rieles, vigas metálicas que se pierden yendo a ninguna parte desde el corazón de los edificios hacia la nada.

Las acuarelas nos hacen imaginar a Javier Acuña mirando con trémulos ojos de niño al fabuloso Ingenio Las Palmas, con sus explosiones de vapores, ruidos y sirenas que amedrentan.

Hay una atmósfera de contemplación romántica de los monstruos fabriles, donde quedan los restos del vértigo futurista, con vivos colores de pujanza, el esplendor de la máquina y el dominio de la naturaleza. Pero, el vacío nos ancla en la realidad: esa pujanza es pasada. Hoy, el presente, es de edificios solitarios que hablan sólo desde el recuerdo.

Los horarios de visita son de 8 a 12 y de 15 a 20, para todo público, con acceso libre y gratuito.