24 jun 2019

Tata Yehasa


El tradicional paso por las brasas o ‘tatá yehasá’ tiene origen pagano, por coincidir las fechas del nacimiento de San Juan Bautista con el solsticio de verano que se celebra en España, adorando al Dios del Sol, donde se prendían grandes hogueras y se saltaba sobre ellas.
La devoción a San Juan Bautista ante todo, es destacar su fe cristiana, ya que dio su vida por su fe, sus principios y fidelidad a Cristo y su Evangelio.
Los rasgos principales de la fiesta de San Juan son las fogatas, quema del muñeco y caminar sobre las brasas.
El cristianismo rescató y conservó tradicionalmente estos ritos y signos dándole su significación cristiana, como por ejemplo la quema del muñeco, como un mensaje de fe y esperanza, de quemar todo lo viejo con el propósito de vivir como hombres nuevos, dejando de lado el egoísmo, la soberbia, la pereza y el querer hacer todo sin la ayuda de Dios.
El cruce de las brasas que se practica el día 23 de junio en vísperas de San Juan, es un fenomenal acto de fe, porque afirma la tradición popular que el que tiene firme su creencia, el santo lo ‘protegerá’ y pasará descalzo sobre un colchón de brazas al rojo vivo.
En todos los eventos está presente el fuego; es el signo que se toma para ejemplificar el ardor, el calor, que viene del espíritu de Dios, el mismo espíritu que guiaba al santo para denunciar lo malo y el pecado del hombre y llamar a todos a la conversión, y comenzar una vida nueva.