1 oct 2012

El Karay Octubre

Desde el Área de Investigaciones Históricas del Museo del Hombre Chaqueño, el doctor en Historia, Eduardo Barreto, aporta sus consideraciones al ritual del Karay Octubre de este 1 de octubre. En el siguiente texto, aborda el tema desde una óptica que valoriza la cultura prehispánica y la despoja de las imaginerías construidas por las culturas dominantes.
La investigación y revalorización de la cultura de los pueblos originarios, nos cubre de sorpresas, por su riqueza y su diversidad.
La mitología de los pueblos americanos, ha pasado de ser un elemento propio de los pueblos ignorantes a signos de verdadero valor social, en la medida en que las ciencias sociales los han incorporado como un integrante más del imaginario colectivo.
Ertivio Acosta, un estudioso del folclore del litoral ha sido tal vez uno de quienes más ha estudiado esta simbología de los pueblos, de la región, fundamentalmente de la cultura guaraní.
La historiografía regional quiso silenciar durante cientos de años, la verdadera dimensión de estos personajes que transitan el camino de la popularidad, no por un mero capricho, sino por una causalidad que tiene que ver con procesos desafortunados de construcción de la historia.
Algunos de estos personajes “diabólicos”, acompañaron a los pueblos guaraníes en el momento en que eran apresados por los bandeirantes brasileros y eran llevados como mano de obra esclava hacia San Pablo u otras ciudades brasileras, o durante los largos procesos de esclavitud que sufrieron a manos de los españoles que traían el mensaje “salvador” del Cristianismo.
Frente a los dispares tratamientos que sufrían, por parte de los encomenderos, ya sean portugueses o españoles, y de los jesuitas, quienes fueron más benévolos en su tratamiento, los pueblos guaraníes buscaron la protección de estos duendes, los que en su cosmogonía, no poseían el concepto de maldad, diabólica, que trajeron los europeos.
El mito, en la cultura guaraní, nos cuenta el doctor Eduardo Gómez Lestani, en el prólogo al libro “Mitología Guaraní”, de Ertivio Acosta; tiene un profundo valor instrumental, como una forma de comunicar saberes de una generación a otra, como ya lo veremos con la leyenda del Karay Octubre.

ENTRE EL MITO Y LA LEYENDA
Antes de abordar específicamente el tema que da título a este artículo, nos parece pertinente, acercar una primera aproximación a lo que etimológicamente es un mito y una leyenda, ya que el tratamiento de ambos términos suele dar lugar a confusiones.
Según los estudios realizados por el fundador del Museo del Hombre Chaqueño, el Instituto de Folklore de Buenos Aires, establece la siguiente interpretación: Mito: Fábula. Ficción Alegórica, especialmente en materia religiosa. Se lo confunde generalmente con leyenda o cuento. Siempre trata de explicar algo. Mito es una leyenda relacionada con lo sobrenatural, y mediante ritos se transforma en Actos. A su vez, Leyenda: Relación de sucesos más tradicionales o maravillosos que históricos.
Retomando lo que decíamos anteriormente, no existía al momento de la llegada de los españoles, entre las comunidades guaraníes, un concepto de maldad como lo concebían los españoles, como opuesto a Dios.
Los dioses malignos que poblaban el olimpo guaraní, sólo aparecían para castigar a los que depredaban la naturaleza, a los que destruían los recursos de la selva, a sabiendas que ese era el recurso de supervivencia de los pueblos.
Esos duendes han vivido en el imaginario popular de los pueblos originarios y se han ido transformando de manera tal que hoy tienen plena vigencia pero con otras formas. La colonización cultural a la que se ha sometido al pueblo latinoamericano desde la llegada del conquistador español, ha tratado de ocultar, de ridiculizar, de distorsionar la naturaleza de estos seres, pero los mismo han sobrevivido en el tejido espiritual de los pueblos como una de las manifestaciones de supervivencia.
Más de cuatro siglos permanecieron estos mitos en un cono de sombras hasta que un puñado de estudiosos los rescataron del patrimonio cultural de esas naciones indígenas y de las áreas rurales, donde tienen más arraigo, aunque su influencia ha ido conquistando territorios urbanos.

EL KARAY OCTUBRE
Los guaraníes eran politeístas, como la mayoría de las naciones indígenas que poblaban el territorio americano antes de la llegada de los españoles.
Tenían ellos divinidades superiores, como “ Ñanderú Tenondé” o “ Ñanderú Guazú” y otro grupo de dioses inferiores como “Tupá”, al que los jesuitas confundieron como el Dios Primero.
Según sus creencias, los hombres fueron creados para servir a los dioses. Pero estos también servían a los hombres y los protegían, para evitar su extinción. Por ejemplo los guaraníes tuvieron una serie de dioses llamados “Poras”, encargados de cuidar los frutos del monte.
Otros protegían las aguas, como el “Hi yará”, o dios de los esteros. Pero lo que sobrevivió hasta nuestros días es la creencia que un dios maligno bajó a la tierra para castigar a quienes no cumplieron sus órdenes.
Karay Octubre es un duende que baja el primer día de octubre, ya entrada la primavera, pero como mes escaso de productos de la tierra, era su tarea prevenir sobre la necesidad de guardar alimentos para los momentos de escases.
Los guaraníes poseían ya, para las épocas en que Sebastian Gaboto recorrió estas latitudes, pequeñas plantaciones, donde cultivaban mandioca, maíz, zapallo, porotos, calabazas y maní.
Con la llegada de los jesuitas, esta población perfeccionó sus técnicas, llegando a conservar productos de la tierra para “el Dios” y para “la Iglesia”. Durante esta etapa recordaron los momentos en que llegaban los hombres malos desde Brasil, los “bandeirantes”, y robaban sus cosechas; y también prestaron a atención al mes de octubre en que las chacras estaban paralizadas por las grandes lluvias.
Era el momento en que aparecía el “Karay”, relacionándolo con los invasores “ hombres malos”. Este duendecito tenía la apariencia de un viejito encorvado que portaba en una mano una bolsa o maleta para llevarse alimentos y en la otra una “guacha” para castigar a quienes no habían guardado alimentos para octubre “mes de la miseria”.
El último día de setiembre se celebran grandes comilonas para que “Karay Octubre” vea que han guardado alimentos. Luego de revisar las viviendas y propinar severas palizas a quienes no han ahorrado, el duende se retira y entonces los habitantes de los ranchos barren con ramas bendecidas tres esquinas de la casa , dejando una libre para que por allí se vaya la miseria.